Este prototipo, el CUPRA Tindaya no solo anticipa una nueva estética, sino una filosofía que apuesta por lo humano en medio de una industria que corre hacia lo autónomo.

Diseño con alma y materiales sorprendentes
El Tindaya no trata de ser un prototipo etéreo: sus 4,72 metros de longitud y su silueta SUV coupé —con cuatro puertas que se abren en contrasentido— lo anclan en una realidad plausible. Además, su carrocería luce una nariz de tiburón y ópticas triangulares ahora alineadas hacia arriba, una mirada más estilizada que la línea actual, aunque igual de distintiva que le reconoce de inmediato como un CUPRA.
Podríamos compararlo con un esculpido en movimiento: hombros traseros pronunciados —que aparentan fibra de carbono pero en realidad son de fibra de lino, un material sostenible en fase de pruebas—, detalles que revelan que este diseño podría llegar a fabricarse en serie.

Un interior que respira —literalmente
Al abrir las puertas del Tindaya, uno casi espera que inhale con vida propia. Los cuatro asientos flotantes están soldados solo por su parte interior a una consola central, que “respira” —se expande y se contrae— como si fuera un ser vivo. Este detalle, por sí solo, crea una atmósfera íntima, casi teatral.
Además, el interior combina cuero vegano de origen biológico, microfibra de bronce encerada y elementos de aluminio impreso en 3D: materiales que aportan tacto, profundidad, solidez… y una sutileza emocional que difícilmente encontraríamos en moldes tradicionales.


“The Jewel”: un nexo sensorial entre conductor y máquina
En el centro del habitáculo destaca “The Jewel”, un prisma de cristal que no solo es llamativo, sino simbólico: representa el punto de conexión sensorial entre quien conduce y el vehículo. Mediante éste, se accede a modos de conducción, luz, sonido y sensaciones táctiles —una experiencia que, creemos, busca aproximarse más al arte que a la funcionalidad pura.
Y no, no busques cifras de potencia o autonomía: el Tindaya es un ejercicio de diseño, no un adelanto mecánico. Esto, de verdad, lo convierte en una mirada al futuro… sin despegar los pies del suelo.

Un nombre cargado de fuerza y sentido
No es casualidad que se llame Tindaya: así se nombra un volcán en Fuerteventura y su tono cobre conecta directamente con la paleta cromática de CUPRA. El nombre evoca arrojo, raíces y un cierto dramatismo natural, justo lo que la marca pretende transmitir .

La presentación tuvo lugar en Múnich, el 8 de septiembre y, aunque no sabemos aún qué de todo esto llegará a producción, lo que sí resulta evidente es que CUPRA quiere mantener al conductor en el centro de la experiencia —una declaración poderosa en tiempos de coches que se conducen solos.
