La industria automotriz mundial al borde de grandes cambios
Parece que fue ayer cuando salió a dar un paseo el Benz Velo, el considerado el primer automóvil de la historia, firmado como puedes ver por Mercedes-Benz, en aquellas épocas los caballos reinaban y veían a ese aparato como peligroso y poco útil, que equivocados estaba ya que impulsaría la industria automotriz mundial, una que mueve al mundo, más allá del transporte, sino en lo económico.
Toda nueva tecnología es mal vista, eso es un hecho, como aquel Ford Nucleon de 1958 impulsado por un mini reactor nuclear, luego las “bombas con ruedas” como les llamaron a los primeros vehículos de hidrógeno experimentales, y sin dudas lo último han sido los eléctricos que también representaron problemas de incendios en sus orígenes.
La industria automotriz eléctrica lleva relativamente poco en el mercado, casi 15 años si tomamos como partida el Nissan Leaf como vehículo de producción, en el camino el diseño se mejoró para, pero sobre todo la ingeniería de chasis, peso, y claro, baterías y motores cada vez más eficientes.
Hoy un auto eléctrico está prácticamente al 80-90% en igualdad de autonomía y prestaciones que un símil a gasolina, aunque todavía hay ventaja para este último en el rubro del peso. Por lo que aquella promesa de un futuro eléctrico se encuentra relativamente cerca ya que además, los costos de los EV están bajando y algo tal vez más importante, el gusto de los clientes.
La industria automotriz mundial, o de cómo la globalización transforma todo
El impulso de los autos eléctricos hoy podemos saber que fue impulsado por sectores políticos europeos, que a como diera lugar querían un cambio aludiendo al Calentamiento Global, y aunque las marcas parecieron estar de acuerdo al principio, el tiempo les hizo ver que no era realmente un negocio, al menos en el presente, por lo que la idea de un futuro EV se quedó solo en ideales propagandísticos políticos.
Nuestra realidad es que estamos en un mundo tan grande y chico a la vez que no podemos ponernos de acuerdo, las necesidades de un consumidor de América Latina poco o nada tienen que ver con las de un suizo o noruego por ello deberíamos tener aun la convivencia de ambas mecánicas sin realizar presiones o señalamientos.
Como sabes, con la entrada nuevamente a la Casa Blanca por parte de Donald Trump, ha comenzado una “guerra comercial” que busca llevar aranceles muy altos a básicamente todos los que exporten a Estados Unidos, desde México, Canadá, por supuesto China y en poco tiempo a Europa, causando una oleada de incrementos de precios, aunque en su mayoría serán los estadounidenses los que lo sufran.
La globalidad de los autos (refacciones, piezas, motos) es un hecho, y una empresa alemana, produce en México, con partes chinas para venderse en EE.UU y así funciona y es un buen modelo si eres un magnate capitalista, pero si trastocas esa cadena de suministro afectas a todo el mundo, desde precios hasta existencia y eso, es lo que estamos viviendo hoy.
¿Existe algún beneficio para el usuario?
El año pasado el 80% de las marcas vieron pérdidas en sus ventas y ganancias, mientras que los autos chinos arrasaron en el último trimestre, aunque este mes de febrero ya estamos viendo una recesión debido a la carga arancelaria de Europa a China y este efecto seguramente se mantendrá gran parte del 2025 hasta que las necedades de aranceles terminen.
China con un apoyo al 100% gubernamental para el desarrollo de autos eléctricos e híbridos tiene el futuro asegurado, pero no el poder entrar a los mercados clave, por ello los usuarios posiblemente solo tengan dos escenarios, el primero es comprar autos a sobre precio como en Estados Unidos o y la eurozona (se habla de hasta 3,000 dls de aumento) o estar en un mercado como el latinoamericano donde la apertura es mayor, sí, ya hay aranceles de México a China, pero esta última está muy interesada en poner fábricas en nuestro territorio, lo que podría hacer más competitivos los autos y trastocar los planes de las marcas de siempre que tendrán que renovarse y poder actuar rápidamente para adaptarse al mercado.
Mercados como el mexicano o brasileño son auténticas minas de desarrollo para nuevas tecnologías, entrada de marcas y puntos de distribución mundial, lo que brinda un panorama alentador para las finanzas nacionales, unas que deben adaptarse a la industria automotriz mundial, y alejarse de la figura del proteccionismo, que francamente hoy ya no sirve de nada.
Larga vida a los motores de combustión y ruidosos y encantadores V8, y hola que gusto que lleguen motores eléctricos con gran autonomía y alto desempeño.