Le tomaría a Nissan seis meses mover de Aguascalientes a Mississippi al Sentra y evitar las tarifas de aranceles, aunque de cualquier forma, sería más caro.
El momento que vive Nissan a nivel global es como la tormenta perfecta para la quiebra: cierres de plantas, despidos masivos y, para terminar de golpearle, el presidente Trump continúa jugando y afectando el destino de una de las industrias más poderosas del planeta.

Si bien desde el inicio se ha dicho que para las marcas es muy complicado mover la producción de país, no solo por la planta en sí, si no por los proveedores, empleados y múltiples factores más, la situación de Nissan parece ser diferente al resto de la industria.
La marca vendió 152,659 Sentra en Estados Unidos, un 20% de sus ventas totales. Nissan necesita urgentemente mantener los precios de sus autos competitivos y las amenazas del 25% en la situación que vive la compañía son impensables.

Ya la caída de producción del Sentra ha sido considerable. De acuerdo con el INEGI, Nissan ha exportado 49,257 unidades del sedán que, frente a las 82,265 que se reportaron en el mismo periodo del 2024, hablamos de una caída del 42.2%.
Que Nissan esté considerando este cambio en la producción, no representa del todo evadir un aumento del precio del auto: los costos de producción en Estados Unidos frente a México pueden llegar a ser hasta tres veces más.

Se especula que la producción del Sentra pudiera moverse a la de Canton, Mississippi donde se fabrican actualmente Altima y Frontier, pero que está sub-utilizada, con un aprovechamiento de apenas el 51% de su capacidad productiva.
Si bien se ha dicho que Nissan fabricaría dos nuevos crossovers y sedanes eléctricos en esta planta, el plan de hacer los sedanes EV se ha cancelado y, como sabemos, además, el Altima está en sus últimos momentos.