El BMW Museum es un espacio que honra el pasado de la marca donde podemos ver creaciones únicas, todas ellas mostradas en la exhibición temporal Belle Macchine del museo de BMW en Múnich.
Que los italianos hacen coches bonitos, nadie lo duda. Que los alemanes son los mejores autos que existen, tampoco. ¿Qué pasa entonces cuando se juntan ambas cualidades?

¿Por qué los autos italianos son tan bonitos?
En nuestra visita al BMW Museum nos dimos cuenta que también hay feos, pero en general la industria automotriz del país de la bota se ha caracterizado por tener muy buen gusto en su estilo. Seguro el Renacimiento tiene mucho que ver. El arte, la escultura y la artesanía florecieron en ciudades como Florencia y Milán, fomentando una tradición de belleza funcional que permeó industrias como la moda, los muebles y, eventualmente, el automóvil. En la posguerra, el “Milagro Italiano” económico impulsó la innovación en el Valle del Motor (Emilia-Romaña), epicentro de marcas como Ferrari y Lamborghini, y de estudios de diseño que transformaron los vehículos en obras de arte rodantes.


¿Cómo fue el inicio de la Colaboración entre BMW y las firmas italianas?
BMW comenzó a colaborar con casas de diseño italianas a finales de la década de 1950, específicamente en el otoño de 1958, como parte de su recuperación posbélica. La compañía bávara, se caracterizaba por sus mecánicas fiables pero los diseños eran conservadores, así que buscó infundir elegancia y modernidad a sus chasis mediante la experiencia de sus vecinos del sur, coordinando esfuerzos entre ingenieros de Múnich y estudios de Turín para crear prototipos llamativos. Así fue que creó 7 lazos con las mejores casas de diseño de la época: Touring Superleggera, Frua, Michelotti, Pininfarina, Zagato, Italdesign y Bertone.

1 BMW y Touring Superleggera: ligereza para ganar
Carrozzeria Touring Superleggera, fundada en 1925 y famosa por sus carrocerías de aluminio ultraligeras (de ahí “Superleggera”), colaboró con BMW desde finales de los años 30. La sociedad surgió en el contexto de las carreras de resistencia, donde BMW necesitaba carrocerías aerodinámicas para su chasis 328. Touring proporcionó cuerpos artesanales que equilibraban peso y rigidez, permitiendo victorias legendarias. El modelo más representativo es el BMW 328 Coupé (1939), un roadster con carrocería Superleggera que triunfó en la famosa Mille Miglia.

2 BMW y Frua: lujo por primicia
Pietro Frua, diseñador independiente con su propio taller en Turín, inició su colaboración con BMW tras la adquisición de Glas por parte de la marca en 1968. Frua creó prototipos sobre plataformas BMW-Glas para atraer contratos de producción en serie, enfocándose en coupés gran turismo con líneas fluidas y refinadas. Esta sociedad fue un esfuerzo unilateral de Frua para posicionarse como socio, aunque no resultó en producción masiva. El modelo más representativo es el BMW 2800 GTS Frua (1968-1969), un coupé único basado en el chasis E9 del BMW 2800 CS, con un diseño elegante y motor de seis cilindros en línea que capturó la esencia del lujo italiano sobre ingeniería bávara.

3 BMW y Michelotti: culpable del diseño actual
Giovanni Michelotti, diseñador italiano reclutado por BMW en 1955, no representaba una “casa” tradicional, sino que lideró el departamento de diseño de la marca desde Milán, colaborando estrechamente con Múnich. Su llegada fue impulsada por la crisis financiera de BMW, que necesitaba diseños innovadores para competir. Michelotti revolucionó la estética de la compañía con formas limpias y modernas. El modelo más representativo es el BMW 1500 Neue Klasse (1962), que salvó a BMW de la quiebra con su diseño sobrio y atemporal, y que definió generaciones futuras.

4 BMW y Pininfarina: primero la aerodinámica
Aunque hubo un encargo menor a Pininfarina en 1949, la colaboración en forma con BMW comenzó en la década de 1970, pero floreció en 2013 cuando BMW buscó la maestría en coupés de lujo del estudio turinés, para crear vehículos exclusivos de exhibición. La sociedad se dio mediante un acuerdo para prototipos que fusionaran el dinamismo de BMW con la elegancia aerodinámica de Pininfarina. El modelo más representativo es el BMW Gran Lusso Coupé (2013), un one-off con motor V12 presentado en el Concorso d’Eleganza Villa d’Este, que reinterpretó el gran turismo con proporciones perfectas y materiales premium, marcando el debut oficial de esta dupla icónica.

5 BMW y Zagato: coches únicos y hermosos
Zagato, el legendario carrocero milanés especializado en ediciones limitadas, colaboró con BMW desde 1957, cuando la marca alemana encargó coupés deportivos para clientes adinerados. La sociedad se renovó en 2011-2012, con BMW acercándose a Zagato en el Salón de Ginebra para crear conceptos únicos basados en modelos existentes. El modelo más representativo es el BMW Zagato Coupé (2012), un biplaza sobre la plataforma Z4 con carrocería de aluminio esculpida a mano, presentado en Villa d’Este, que evocó la herencia racing de Zagato con líneas agresivas y puras.

6 BMW e Italdesign: la M en todo su esplendor
Italdesign, fundada por Giorgetto Giugiaro en 1968, entró en sociedad con BMW a finales de los 70, específicamente en 1977, cuando el proyecto M1 se estancó con Lamborghini. BMW contrató a Italdesign para rediseñar y producir el chasis, salvando el programa. Esta colaboración fue crucial para el debut de BMW Motorsport. El modelo más representativo es el BMW M1 (1978), el primer supercoche de BMW con motor central y diseño wedge-shaped (de cuña) de Giugiaro, que definió la era M con su radicalidad y rendimiento.

7 BMW y Bertone: la creación del Serie 5
Bertone, bajo Nuccio Bertone, colaboró con BMW desde los años 60, pero la sociedad clave ocurrió en 1970 cuando Nuccio propuso un “show car sorpresa” para fortalecer lazos existentes, diseñado por Marcello Gandini. Bertone presentó propuestas para futuros sedanes, influyendo en la producción. El modelo más representativo es el BMW 2200ti Garmisch (1970), un coupé fastback sobre chasis Neue Klasse que anticipó el E12 Serie 5, con líneas angulares y visionarias que fusionaron el futurismo italiano con la solidez alemana.

Otro de Italdesign
Dentro de la exhibición Belle Macchine del museo de BMW está otro ejemplar puesto en un lugar de honor, el Nazca M12. Concebido como un posible sucesor espiritual del M1, este superdeportivo de motor central fue el debut del joven Fabrizio Giugiaro, hijo del maestro, inspirado en las formas aerodinámicas de los autos de Fórmula 1 y Grupo C de la época. Presentado inicialmente en el Salón del Automóvil de Tokio y luego en Ginebra, el Nazca M12 lucía un chasis de fibra de carbono ultraligero que lo mantenía en solo 1,098 kg, impulsado por el potente V12 de 5.0 litros y 300 hp proveniente de los modelos 750i y 850i, acoplado a una caja manual de seis velocidades ZF. Sus líneas futuristas, con un coeficiente de arrastre de 0.26, puertas convencionales combinadas con ventanas de ala de gaviota y un techo de cristal que exponía el motor, le permitían acelerar de 0 a 100 km/h en 4.5 segundos y alcanzar 297 km/h, aunque BMW muy cautelosa optó por no producirlo en serie.