Bugatti Tourbillon es el heredero del Chiron con un V16 y 1,800 hp
Bugatti es un fabricante muy especial y todos los entusiastas sentimos tristeza cuando se anunció la despedida del Chiron y de su inédito motor W16 con cuatro turbocargadores y 8.0 litros, que había estado en una forma y otra en cada uno de los autos de la marca desde su reinvención en 2004. Esperábamos que el sucesor fuera un coche más genérico con el V8 híbrido del Grupo Volkswagen, pero la marca preparó algo mucho, mucho más especial, con el Bugatti Tourbillon.
El Bugatti Tourbillon es todo lo opuesto y combate las tendencias actuales de la industria a las que los entusiastas más se oponen con toques exclusivos, como que en lugar de contar con un cuadro de instrumentos digital que envejecería con el paso del tiempo tiene un set de relojes análogos hecho por los mejores relojeros suizos o por una pantalla secreta que se oculta en el tablero y sale solo para mostrar la imagen de la cámara de reversa.
Hay mucho que decir sobre como Bugatti pelea contra los híper autos eléctricos que le robaron la corona al Chiron, con mucha potencia pero sin alma o esencia y lo más importante está en el motor, inédito en pleno 2024. Era difícil preparar algo que no decepcionara cuando veníamos de una fuente de poder tan especial como aquel W16, pero increíblemente, lo lograron.
El nuevo V16 es un diseño de Cosworth y desplaza 8.3 litros, pero la fórmula para generar potencia es muy distinta a la del anterior W16, yendo hacia un corte de inyección mucho más alto de 9,000 rpm y con una configuración de aspiración natural en lugar de depender de los cuatro turbocargadores para producir torque desde rangos bajos.
Sí, el Bugatti Tourbillon es más rápido y veloz que el Chiron
Cuando los expertos en deportivos eléctricos en Rimac tomaron control de Bugatti en 2021, decidieron en contra de ir por el camino 100% eléctrico, pero usaron su experiencia en este aspecto para crear un sistema híbrido con tres motores que casi duplica los 1,000 hp del W16 original y da 60 km de autonomía eléctrica.
El V16 genera 1,000 hp por cuenta propia, pero lo hace de una forma más pareja por no tener turbocargadores y luego, el sistema híbrido añade otros 800 hp para poner al Bugatti Tourbillon en una liga propia. El W16 no sonaba especialmente bien y este nuevo V16 sabe cantar.
De acuerdo con la información oficial de la marca, el desempeño del Tourbillon mejora radicalmente respecto al del Chiron, pudiendo acelerar de 0 a 100 km/h en solo dos segundos, cuatro décimas más rápido que su predecesor y en el 0-200 km/h le saca más de un segundo, acelerando en solo cinco segundos. Los 300 km/h caen en menos de 10 segundos, que es lo que le toma a una SUV ordinaria alcanzar los 100 km/h y para este punto, ya tiene una ventaja de entre tres y cuatro segundos contra su antecesor.
De nuevo, este Bugatti sabe moverse a velocidades por encima de los 400 km/h, mismos que llegan desde parado en menos de 25 segundos. Como el Veyron y el Chiron, el Tourbillon tiene una llave especial que permite elevar la velocidad máxima, solo que aquí pasa de 380 km/h en el modo normal a 445 km/h con la llave, mientras que lo más a lo que podía aspirar el Chiron eran 420 km/h.
Bugatti Tourbillon, creando una pieza atemporal
La idea cuando se desarrolla un coche como el Bugatti Tourbillon es que se vea tan bien ahora como en 50 o 60 años en el patio de los mejores y más exclusivos salones de elegancia. De hecho, el nombre viene de un dispositivo inventado en 1801 que aun se usa en relojes de alta gama para incrementar su precisión.
El tablero en el que el Tourbillon muestra todos esos datos de velocidad tan impresionantes es una auténtica obra de arte hecha por relojeros suizos. Con casi todos los fabricantes del mundo en la tendencia de las pantallas digitales para todas las funciones, Bugatti buscó crear tecnología atemporal, tan elegante como útil y duradera.
El cuadro de instrumentos está compuesto por cinco relojes análogos, con mandos que muestran el nivel de potencia de los motores de gasolina y eléctricos y el tacómetro y velocímetro tradicional. La única concesión en esta era digital es un elegante display en la base, con la velocidad.
Sorprende que no haya pantallas táctiles visibles, aunque esta sí existe y emerge de la parte alta del tablero al seleccionar la reversa para mostrar la imagen de la cámara. También puede habilitarse de forma independiente para ver la información del celular en la interfaz de Apple CarPlay, aunque cuando está oculta, la cabina parece ser a prueba del tiempo. No va a envejecer, tal como no lo ha hecho la del Veyron y Chiron.
Hay más detalles de lo que parece
El resto del interior nos recuerda al Chiron, con algunos detalles específicos. El primero es la perilla en la consola con la que se arranca el motor, jalando para encender y presionando para apagarlo. Los pedales se ajustan eléctricamente porque los asientos no se mueven, aunque el detalle más destacable es el volante, que tiene dos radios en las posiciones de 6 y 12, aunque estos se montan detrás del cuadro de instrumentos por lo que el logo de la marca siempre queda derecho y no se obstruye la visión del conductor a la información de los relojes.
Más allá del interior, el exterior es una evolución lógica del Chiron, como lo haría Porsche con una nueva generación del 911, y no revoluciona por completo lo que conocíamos como sí ocurre con la cabina y mecánica.
Las puertas no solo abren hacia arriba, sino que también lo hacen hacia adelante y la espina característica que corre de la nariz a la parte trasera es más pronunciada. Como en un auto de Le Mans, el limpiaparabrisas se posiciona en el centro.
En el frente, la parrilla de herradura también está más exagerada en su forma, como en el W16 Mistral, mientras que la parte trasera integra el nombre de la marca en las luces LED que siguen el contorno de la parte alta de la cola, que tiene un alerón necesario para mantenerlo pegado al piso a altas velocidades porque la aerodinámica activa se mantiene oculta a altas velocidades para no generar arrastre. Solo se activa para dar carga a velocidades más bajas o como freno de aire.
Mucho más exclusivo que el Chiron
El chasis es totalmente nuevo, con una batería de 25 kWh e capacidad integrada en el monocasco de fibra de carbono. Otros trucos de reducción de peso están en el difusor delantero, que es parte de la estructura de impacto o porque los triángulos dobles de la suspensión delantera ahora son de aluminio forjado en lugar de acero. Así, el Bugatti Tourbillon pesa las mismas dos toneladas del Chiron a pesar de tener tecnología híbrida.
Si Bugatti fabricó un total de 500 unidades del Chiron a lo largo de ocho años, el Tourbillon será más exclusivo, porque solamente se producirán 250 unidades y los primeros clientes recibirán sus autos en 2026. La exclusividad tiene un precio, pues cada uno tendrá un precio de 3.8 millones de euros más impuestos, que se traducen en unos 75 millones de pesos al cambio actual sin considerar personalización.
Con todo lo espectaculares que eran el Chiron y el Veyron, los criticaban por no ser puros o análogos, priorizando los números por sobre de la sensación, que súper autos mucho más accesibles sí tenían. Con un V16 naturalmente aspirado como base y tecnología atemporal en la cabina, el Tourbillon no solo gana a los súper autos eléctricos de la nueva era sino que también lo hace respecto del Chiron.
