Así son las llantas capaces de mantener su presión automáticamente
Los sensores integrados en estas llantas podrían eliminar la necesidad de mantenimiento regular, y mejorar así su vida útil.
Los fabricantes de neumáticos han avanzado constantemente a lo largo de los años en convencer a los conductores de que sus productos son algo más que compras urgentes ocasionales.
Muchos conductores han descubierto, por ejemplo, las ventajas de los neumáticos de invierno, y cualquier entusiasta que se precie es exigente a la hora de elegir qué neumáticos montar en su coche de altas prestaciones.
Continental está desarrollando sistemas de control de la presión de los neumáticos (TPMS). Están basados en sensores integrados en la banda de rodadura del neumático. Desde 2012, es obligatorio que todos los autos nuevos estén equipados con TPMS.
Un ejemplo es el TPMS directo, que consiste en un pequeño sensor alimentado por batería instalado en la parte posterior de la válvula del neumático, dentro de la rueda, en lugar de en el propio neumático.
Los sensores integrados harán más que simplemente monitorear la presión de los neumáticos. También mantendrán los neumáticos inflados a la presión correcta, como parte de una tecnología que Continental llama Pressure Proof.
Parte de eso es algo llamado Pressure Boost, que consiste en una pequeña bomba de aire montada en la propia rueda, energizada por fuerza centrífuga a medida que la rueda gira. El exceso de aire se almacena en un pequeño tanque integrado listo para recargar la presión en el momento en que el sistema detecta que ha bajado.
Continental estima que la vida útil de los neumáticos podría extenderse hasta 7 mil 400 kilómeteos, y aumentar la economía de combustible hasta en un 3%.
Sensores de llantas inteligentes, al futuro
Los sensores de neumáticos inteligentes también harán otras cosas. Al igual que otros fabricantes de neumáticos que trabajan en estas ideas, Continental tiene el ojo puesto en los coches autónomos y las flotas compartidas, donde varios conductores tienen acceso a un coche.
Los sensores en los neumáticos recopilarán datos de temperatura y presión en toda la flota, que luego se analizarán y utilizarán para predecir peligros en función de factores como las condiciones climáticas.
De cara al futuro, cuando finalmente lleguen altos niveles de autonomía a las carreteras, los fabricantes de neumáticos verán que las llantas desempeñarán un papel importante.
Será necesario monitorear constantemente las condiciones de la superficie (es decir, cuánta agua o hielo hay en la carretera), las presiones, el desgaste y los daños de alguna manera si los autos de alquiler autónomos algún día pueden entregarse solos a los clientes y regresar a la base o los robotaxis sin conductor terminan deambulando.