¿Qué es el control de tracción y por qué es importante?
A menudo se confunde al control de tracción y al de estabilidad, pero no son lo mismo aunque sí están relacionadas. El control de tracción es un sistema que detecta derrape a través de sensores, para conocer si una o más llantas giran más rápidos de lo que deberían, aplicando los frenos para recuperar la tracción.
Aunque es común que tenga diferentes nombres en función de la marca, todos hacen exactamente lo mismo. Cada rueda tiene un sensor que alimenta con información al módulo principal y en condiciones de bajo agarre, como puede ser al arrancar en una pendiente o con pavimento mojado, lodo o hasta nieve, detecta cuando una o más ruedas giran a diferentes velocidades, para cortar el par o frenar esa esquina del coche.
El control de tracción de antaño simplemente frenaba todas las ruedas cuando una sola patinaba, pero los más modernos son más refinados, pues son capaces de controlar independientemente cada una de las ruedas.
Y tiene más de una aplicación, pues sirve para maximizar la tracción en autos orientados a la conducción fuera del pavimento, además de estar asociado directamente al control de descenso en pendientes. También se puede ligar a los modos de manejo, para cambiar su operación en función del programa de conducción elegido.
En autos deportivos, el control de tracción puede ganar décimas o segundos completos en pista, pues permite que los conductores aceleren más temprano en la salida de una curva sin que ello represente patinaje. Y sí, el control de tracción también apoya a otro sistema en autos de alto desempeño como es el deseado launch control, que maximiza el agarre al arrancar para conseguir el mejor tiempo de 0-100 y en el cuarto de milla, aunque en competiciones oficiales tiende a no estar permitido por representar una ventaja.
Entonces, ¿cómo dista el control de tracción del control de estabilidad?
Ambos sistemas están relacionados, pero el control de estabilidad es más elaborado porque está relacionado a información de la velocidad del vehículo y ángulos de giro o de inclinación y el objetivo no es solo evitar que las llantas patinen, sino asegurarse que el auto mantenga la trayectoria marcada por el conductor.
El control de tracción evita que tus llantas pierdan tracción y el de estabilidad puede mantenerte dentro del camino o hasta evitar volcaduras, por ejemplo.
¿Debo apagarlo alguna vez? Naturalmente, siempre debe estar activo, pero sí hay ocasiones en las que puede convenirte que esté apagado, cosa que puedes hacer buscando el botón en el tablero o, en autos más modernos, en los menús del sistema de infotenimiento. Son muchos los autos que te permiten apagar el control de tracción pero no el de estabilidad y en los que los sistemas nunca están apagados en realidad, sino que se quedan activos y permiten algo más de derrape, pero se activan cuando detectan que la situación se volvió peligrosa.
En condiciones de baja tracción, puede ser preferible que las ruedas patinen para salir de un atasco.