Startups eléctricas enfrentan problemas: Pocos quieren sus autos
Las startups eléctricas están en un dilema, pues, aunque la producción ya no es un problema, la demanda de producto sí lo es. Marcas como Rivian y Lucid han logrado este hito, pero enfrentan una disminución en la demanda, ya que la adopción de vehículos eléctricos avanza lentamente.
Tristemente, este par de armadoras, entre otras, mostraron sus proyecciones para 2024 y, aunque ya no existe el factor pandemia, ambas coinciden en que no habrá muchos más coches de los que hubo el año anterior.
Existen muchos factores para ello, pero la realidad es que el más grande sigue siendo la adopción de esta tecnología, pues, desde su lanzamiento, la concientización de los compradores les ha hecho entender que ni son baratos, ni hay la suficiente infraestructura para hacerlos una compra sensata.
Precios prohibitivos
Ambas startups de eléctricos fabrican vehículos de alta gama en un momento en que la asequibilidad es una preocupación importante para los consumidores. Mientras que el costo promedio de un vehículo eléctrico fue de 50,369 dólares en enero, los vehículos de Rivian se vendieron por un promedio de 88,000 dólares el año pasado, y el Air, sedán de alto rendimiento de Lucid, se vende por más de 200,000 dólares.
El factor precio es una limitante de las marcas eléctricas, quienes tienen que cobrar por el desarrollo de nuevos modelos y tecnologías a los compradores. El bajo volumen y demanda, hacen que los costos se disparen.
Esto ha llevado a críticas por parte de Elon Musk, CEO de Tesla, quien critica la dependencia de inversionistas y el agotamiento de efectivo. A pesar de las críticas, Tesla puede apoyarse en modelos más económicos y márgenes de beneficio saludables, mientras que Rivian y Lucid han adoptado una estrategia de guerra de precios en el segmento de vehículos eléctricos.
Ambas empresas buscan activamente soluciones. Planean introducir nuevos modelos más asequibles para 2026 que competirán con el Tesla Model Y. A corto plazo, Lucid busca socios para vender sus baterías y motores y generar ingresos, mientras que Rivian planea reducir su fuerza laboral como medida de reducción de costos.
Rivian espera obtener un beneficio bruto para fin de este año, aunque será difícil ya que prevé producir aproximadamente la misma cantidad de vehículos que el año pasado (57,000 unidades) y probablemente tendrá que reducir los precios. Mientras navegan por el desafiante camino hacia la sostenibilidad a largo plazo, ambas compañías afirman tener suficiente efectivo para durar hasta 2025.