Marcas automotrices europeas preocupadas por Trump… y aún no toma posesión

   

En el pasado periodo presidencial de Donald Trump en Estados Unidos pudimos percatarnos que su sentido nacionalista no era una broma y comenzó incluso a atacar a su propia industria como fue Harley-Davidson. En aquel lejano 2018 comenzó una guerra de aranceles donde la Unión Europea aprobó gravámenes a las motocicletas, el whisky y hasta el jugo de naranja, esto en respuesta a los impuestos de EE.UU al acero y aluminio, una “venganza” de las marcas automotrices europeas, que en el presente no funcionarán.

Antes de tomar posesión de la silla en la Casa Blanca, Trump ya está causando estragos en los mercados y es que la mayoría de las marcas europeas tiene como sus mayores mercados a Estados Unidos y China. Pero el próximo presidente ya anunció que al tomar el mando podría poner aranceles que van desde el 30 hasta el 200% para vehículos importados.

Por ello, marcas como: Volkswagen, Mercedes-Benz, Porsche, Audi y BMW (sí, muy alemán el asunto) están preocupadas en mayor o menor manera, ya que estos aranceles podrían causar que dichas marcas (y todas las que importan autos) puedan perder hasta el 10% de sus ganancias operativas, punto por el que las armadoras pelean con los dientes, tal es el caso de Volkswagen que aún con los sindicatos sediento con bajar los sueldos de los representados, no quieran ya que no es “suficiente”.

Marcas como Audi o Porsche no tienen plantas en Estados Unidos, por ello la pérdida sería directa

Siguiendo con esta preocupación alemana hay que destacar que desde aquel país se importan al año alrededor de 580,000 unidades, mientras que desde México les llegan otras 343,000 unidades, que por ejemplo, el Audi Q5 que es el de más venta en Estados Unidos se fabrica en México, por lo que el margen de ganancia será muy castigado para la de los cuatro aros.

Hablando de Audi, tiene un problema similar al de Porsche (ambos del grupo VAG) y es que no tienen planta en Estados Unidos, por lo que se verán plenamente afectados, mientras que los otros representantes de Alemania tienen puntos de producción en el vecino país del norte y en el caso de Volkswagen están invirtiendo en el futuro eléctrico en aquel país.

Sabemos que el proteccionismo de Trump no funciona en un mundo global, y que al igual que en su mandato pasado terminará cediendo, pero al inicio y solo por cumplir promesas de campaña afectará a muchas marcas automotrices europeas y claro, a muchos países.

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