Ram podría replantearse la producción en México, tras aranceles de Trump
El triunfo de Donald Trump ha tenido muchas consecuencias en diferentes niveles, pero en lo que nos atañe que es la industria automotriz, sus formas proteccionistas que solo funcionan en su cabeza, ya que en un mundo globalizado se depende de muchos mercados para fabricar. Y ahora, la producción en México se está revisando toda vez que Trump quiere meter hasta el 200% de aranceles.
Las propias voces de las marcas en Norteamérica, claman porque esto sería un “disparo en el pie” que encarecería los productos nacionales, un caso muy sonado en su pasado período fue Harley Davidson, quienes comenzaron a fabricar fuera de EE.UU. y esto puso el dedo en la llaga patriótica de Trump, obligándoles a castigar más sus precios en su ya de por sí golpeada economía.
Esto en mayor o menor medida podría afectar de la misma manera a Ram, que acarrea problemas de producción e imagen por la dimisión de Carlos Tavares ya que la producción de modelos como las Ram 2500, 3500, 4500 y 5500 que se hacen en México, sería sensiblemente más cara con los vecinos del norte, y por ello menos ganancia para Ram.
¿Podría ser que los autos de producción en México terminen saliendo del país por los aranceles?
Por ejemplo, el año pasado Ram México envió a Estados Unidos tres millones de unidades que ahora se tendrían que hacer en aquel país. Además recordemos que Ram había anunciado la fabricación en Saltillo, Coahuila de la Ram 1500, misma que ahora el sindicato United Auto Workers clama que se haga en Warren, Michigan, donde ya se fabricaba la edición 1550 Classic.
En el papel, la idea de Trump es buena, poner aranceles a productos que se hagan afuera, para así incentivar la fabricación nacional, pero esto acarrearía más gastos para las marcas y con ello menores ganancias, y eso es justo lo que no quieren.
Chris Feuell, jefe de Ram, se encuentra en este momento sopesando las opciones, así como estudiar cómo podría modificar las líneas de proveeduría y distribución en el caso de que la amenaza de 200% se convierta en una realidad para los vehículos de producción en México.