Dodge Challenger SRT Demon 170: 0 a 60 mph en 1.66 s y ¡1,025 hp!
El Dodge Challenger SRT Demon 170 entrega hasta 1,025 hp al eje trasero, con lo que aniquila el cuarto de milla en 8.91 segundos.
El Dodge Challenger SRT Demon se ganó un lugar en la historia como el muscle car más poderoso, con 840 hp, y también como el más rápido, acelerando a 96 km/h (60 mph) en solamente 2.3 segundos, rompiendo el récord en el cuarto de milla para autos de producción en serie con un tiempo de 9.65 segundos a 225 km/h.
Mientras Dodge se prepara para despedir al Challenger y reemplazarlo por un modelo eléctrico, la marca también se encargó de darle una despedida a su altura, con siete ediciones especiales entre el Challenger y el Charger, siendo este SRT Demon 170 la última y más impresionante.
Su desarrollo comenzó en el estacionamiento del edificio de SRT, como un proyecto alternativo y secreto durante los peores meses de la pandemia. Más de 40 personas que querías participar en el desarrollo se reunieron en el lugar que entonces era el más seguro para hablar del plan: Construir el mejor Challenger de la historia.
El V8 en este Challenger SRT Demon 170 entrega 1,025 hp y 945 lb-pie de torque con combustible E85, casi 200 hp más que el Demon original con combustible de competición. Y no es que sea lento, porque sigue teniendo 900 hp y 810 lb-pie con gasolina regular, también más que el Demon de 2018. Increíblemente, rompe el récord del anterior también en la aceleración, pues alcanza 96 km/h desde cero más rápido que cualquier otro auto de producción en el mercado, eléctricos incluidos, con 1.66 segundos y las más altas fuerzas g, con 2.004 g’s, números que le dan la oportunidad de equipar un freno de paracaídas, cual dragster.
¡Ah! Otro detalle, es todavía más rápido que el anterior Demon, pues rompe el cuarto de milla en 8.91 segundos a 243.28 km/h.
En serio, volaron motores…
Para alcanzar semejantes números, Dodge tuvo que romper algunos motores. Hubieron reportes hace varios meses de Challengers que cuyos motores cedían durante las pruebas y eran mulas de este proyecto. Conforme pasaba el tiempo, los ingenieros fueron mejorando y reemplazando cada vez más partes, como el supercargador de 3.0 litros (que incrementa la presión en un 40% respecto de un Hellcat Widebody, alcanzando 21.3 psi), la polea, inyectores más grandes (preparados para inyectar 621 litros de combustible por hora), los clavos de la cabeza del motor, pistones y bielas, entre otros. El diferencial es un 50% más fuerte, por ejemplo.
La suspensión también fue rediseñada, especialmente para colocar los nuevos neumáticos Mickey Thompson ET Street R que son legales para la carretera y fueron desarrollados desde cero solo para este modelo, con los mismos 315 mm de ancho en el eje trasero, pero con un compuesto más suave y una suspensión más firme con amortiguadores adaptativos Bilstein sirven para evitar que la fuerza del motor se perdiera con la transferencia de peso y elevan ligeramente el despeje libre al suelo.
La suspensión trasera tiene un ajuste en el camber, permitiendo que con la transferencia de pesos, se incremente la supericie de contacto con el piso y se tenga más tracción.
Reducción severa de peso
No hay llantas delgadas para el frente, con unidades de 245 mm, pero sí se eliminaron las salpicaderas delanteras del Widebody y se puede pedir como opción un juego de rines de fibra de carbono que eliminan 14.52 kg contra los rines de serie. Los frenos los preparó Brembo, con cuatro pistones en las cuatro esquinas.
En total, es 71 kg más ligero que un Hellcat Redeye Widebody, sumando medidas de reducción como la eliminación del alfombrado en la cajuela, de recubrimientos aislantes, el empleo de frenos más ligeros al frente, una barra estabilizadora hueca o un sistema de audio más sencillo con solo dos bocinas, además de que no está disponible con asiento de acompañante o banca trasera.
Y para poner toda esa fuerza en el pavimento, hay algunos trucos adicionales, pues en lugar de ajustar el motor manualmente según el tipo de combustible, hay sensores detectan el contenido de etanol en la gasolina y ajustan el motor para evitar que vuele. También hay un limitador de torque manual para evitar patinajes en pistas con poco agarre.
La producción arranca en julio y termina el 31 de diciembre, día en el que se detendrá toda la producción de Charger y Challenger, limitado a 3,300 unidades si la cadena de suministro lo permite y si la demanda existe, que seguro lo hará, por un precio de 96,666 dólares en nuestro vecino país del norte. Los dueños del anterior Demon pueden pedir uno con un VIN idéntico y viene con una caja de regalo que incluye un decantador y caballitos de acero inoxidable.