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EEUU ve a marcas chinas que invierten en México como amenaza

   

La guerra comercial que vive China y Estados Unidos parece estar lejos de terminar y las marcas chinas tiene lista una ofensiva. Y es que, aunque el gobierno estadounidense ha impuesto nuevos aranceles, los asiáticos piensan ingresar sí o sí al vecino país del Norte.

Una medida preventiva vino desde la Casa Blanca, quien ya incrementó los aranceles sobre varios productos chinos, especialmente los vehículos eléctricos, cuyos derechos de importación aumentarán del 25% al 100% cuando entren en vigor en agosto. Otros productos utilizados en la producción de EVs, como las baterías y algunos minerales, también experimentaron aumentos en sus aranceles.

Tememos que un exceso de productos chinos a precios reducidos, derivado de una capacidad de producción excedente, pueda poner en riesgo los empleos y la industria en Estados Unidos, ha declarado el gobierno estadounidense.

Sin embargo, mientras China considera posibles represalias comerciales, otras marcas chinas buscan activamente maneras de acceder al mercado estadounidense, con o sin aranceles. Una de las estrategias es invertir en México.

BYD, que se autodenomina el mayor proveedor mundial de vehículos de nuevas energías, ya anunció la construcción de una planta en suelo mexicano. Aunque la firma china dice no tener planes inmediatos de exportar vehículos a Estados Unidos, sería el siguiente paso.

según la marca china, viven una inversión por etapas, hecho que les da tiempo para desarrollar una cadena de suministro, mejorar en la fabricación y vender en otros mercados fuera de México, pues ven a este país como un punto medio importante a nivel Norteamérica y LATAM, pero que además abre la puerta a mercados más grandes.

México como el arma de ataque de marcas chinas

Fabricar un automóvil en México antes de exportarlo a Estados Unidos, tiene beneficios considerables. Mientras que el Acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá exige que al menos el 75% de los componentes automotrices sean fabricados en América del Norte para beneficiarse de no cobrar aranceles, los autos con componentes fabricados en China solo serían gravados con un 2.5% al importarlos a Estados Unidos, lo que abre un camino para que los fabricantes de automóviles chinos entren al mercado estadounidense prácticamente sin aranceles.

Esta situación también resulta complicada para México. Con los fabricantes chinos estableciendo su presencia, podría generarse una competencia por los recursos, con empresas como GM, Ford, Stellantis, Toyota y Honda, todas ellas con plantas emplazadas en territorio mexicano.

Pero no será así de fácil, ya que Estados Unidos ya planea una medida para los coches hechos en México por marcas chinas, aunque todavía no queda claro cómo quedaría el acuerdo entre naciones del bloque norteamericano.

Mientras tanto, el interés en los vehículos eléctricos chinos está creciendo entre los consumidores estadounidenses, especialmente entre los compradores más jóvenes. Una encuesta reveló que el 76% de los encuestados menores de 40 años están dispuestos a comprar un vehículo chino.

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