Kia K3 Sedán 2024: Contacto de manejo

Tuvimos el primer contacto de manejo con uno de los autos más esperados del año, el Kia K3 Sedán, que lleva todo el peso que representa ser el reemplazo del auto más vendido en México en el año 2022, el Rio. También por participar en uno de los segmentos más competidos y populares en nuestro país, el de los sedanes subcompactos, en donde la competencia es férrea ante rivales como el Nissan Versa, Mazda2 o Chevrolet Onix, entre otros.

Manejamos y conocimos la gama de versiones y precios del Kia K3 Sedán en sus dos motorizaciones, el 1.6 litros de 121 hp y la gran novedad, el 2.0 litros de 150 hp, ambos con transmisión automática de seis marchas. Tuvimos un primer acercamiento con el K3 Hatchback, confirmado para enero del 2024, aunque ese no pudimos manejarlo aun.

Aunque conceptualmente el K3 sea un sedán con todas las de la ley, la apariencia deja pensar que se trata de un fastback en el que la tapa de la cajuela se abre con el medallón incluido. Por la silueta, es diferente del tradicional sedán con tres volúmenes bien definidos y ello puede hacerlo más atractivo de cara a un segmento cuyos participantes pueden pecar de genéricos en ocasiones.

Mucho más grande que el Rio

Le ayuda que crece considerablemente respecto del Rio al que sucede, ganando 165 mm de ancho para alcanzar los 4.55 metros totales, una cota prácticamente de sedán compacto, acompañado por una distancia entre ejes de 267 cm, de nuevo un crecimiento dramático respecto al Rio Sedan que tenía 258 cm. De este modo, es uno de los subcompactos más grandes, con el dato de distancia entre ejes más extenso del segmento, superando al Virtus por 19 mm y con el segundo por longitud, quedando por detrás del Volkswagen por 11 mm.

Ese crecimiento resulta en un interior drásticamente más amplio que el del Rio. La habitabilidad especialmente en la banca trasera es sobresaliente, con gran espacio para tres personas y con una cajuela de 544 litros, la más grande de su segmento y con un mayor volumen incluso que el Sentra, Jetta o el propio Forte, del segmento superior.

La calidad percibida en la cabina es considerablemente más alta que en el Rio porque muchas de las combinaciones de colores y texturas son más vistosas, pasando hasta por las tapicerías. Ayuda aun más el sistema de infotenimiento y el tablero, con pantalla de 10.25 pulgadas en las dos versiones que evaluamos (EX Pack y GT-Line) en posición flotante y con buena nitidez y respuesta al tacto, en una interfaz amigable y tomada de otros modelos de la casa.

El cuadro de instrumentos es algo más sencillo. Comparte la carcasa con la unidad central, pero tiene un clúster de 4.2 pulgadas a color en el centro, con dos pantallas monocromáticas para el tacómetro y velocímetro a los costados. Redondean el equipamiento detalles prácticos como los faros de LED, el cargador inalámbrico, los asistentes avanzados a la conducción o el clima electrónico de dos zonas con mandos táctiles intuitivos.

Kia K3 Sedán, manejo y dinámica

No hay que ocultar que aun tras casi siete años en el mercado y sin cambios, el Rio era uno de los subcompactos dinámicamente mejor pulidos en México, por un tacto de dirección directo y una puesta a punto acertada, con la dureza justa para ese tacto ágil que a muchos gusta sin caer en una marcha demasiado agitada o frágil, muy de modelos europeos como el Ibiza o el retirado 208.

El manejo del Kia K3 difiere en varios sentidos, empezando por una dirección que mantiene la precisión pero que es algo más floja y menos directa, restándole agilidad pero que, en conjunto con una suspensión más blanda, le da un extra en refinamiento por la forma en que aísla de asperezas y vibraciones. Estas características están presentes en el K3 con motor 1.6 litros, pero son más evidentes en el GT-Line.

También se nota que hubo un trabajo profundo en la insonorización, porque el ruido de viento y especialmente el de rodadura está menos presente que en el Rio, aunque no llega a los niveles de refinamiento general de un Forte, de un Jetta o de un Mazda3, por ejemplo.

Motor 2.0 litros de 150 hp, la gran novedad

Pasando a la mecánica y empezando por el motor que ya conocemos, el 1.6 litros de 121 hp, es un motor que tiende a dar sensación de más potencia de la que realmente tiene y esta no es la excepción, por lo elástico y porque la transmisión tiene relaciones cortas para la primera y segunda velocidad.

Luego, la gran novedad en manejo del Kia K3 es el motor 2.0 litros de 150 hp en la versión GT-Line, que difiere del que usan el Forte o la Soul porque es de ciclo Otto y no Atkinson, lo que quiere decir que el medio régimen es más contundente y muestra más energía a altas rpm, a costa de no tener consumos tan bajos, aunque creemos que vale la pena, pues se sacrifican apenas unas décimas de consumo y principalmente a velocidades de crucero, no tanto en entornos urbanos. También le viene bien que a diferencia de la caja CVT, aquí va asociada a un convertidor de par tradicional, de cambios más rápidos.

Galería Kia K3 EX Pack