BMW i5 eDrive40 y M60: Contacto de manejo desde Portugal
BMW nos invitó a Portugal al lanzamiento y prueba de manejo internacional para medios especializados del nuevo BMW i5, las versiones completamente eléctricas en la gama del Serie 5 de la nueva generación G60, que también tendrá versiones de combustión con asistencia mild-hybrid de 48 voltios y plug-in hybrid con autonomía eléctrica.
Es interesante lo alejada que puede ser la filosofía de dos marcas que, como BMW y Mercedes-Benz, compiten tan de cerca. Mientras que Mercedes diseñó para su familia de eléctricos una gama de cápsulas anónimas con el apellido EQ, BMW simplemente desarrolló sus sistemas de propulsión eléctrica para sus sedanes tradicionales y de esa idea nacieron el i4, el i7 y ahora, este nuevo i5.
Manejamos dos versiones del BMW i5, la eDrive40 que es la orientada a la mayor autonomía y confort, con motor trasero de 335 hp y 317 lb-pie de par y al M60, que tiene en el eje trasero al e-motor más potente jamás producido por BMW, de 483 hp, y se comparte con el i7 M70, pero con una versión menos explosiva en el eje delantero para un total de 601 hp y 605 lb-pie.
Nueva generación de baterías, y de carga
La batería es de 81.2 kWh para todas las versiones, pero la gran novedad es la inclusión de un sistema de carga DC de 205 kW de potencia que lo habilita para viajes largos, sumado al Max Range Mode, que limita la velocidad máxima a 90 km/h, retrasa la respuesta del acelerador e inhabilita ciertos sistemas, como el aire acondicionado, para exprimir el máximo a la batería en caso de algún imprevisto en la ruta, como un cargador fuera de línea.
La autonomía homologada WLTP para el i5 eDrive40 es de 582 km y para el M60, de 516 km.
El diseño es una desviación tangible respecto al modelo pasado pero aun hay trazos característicos de BMW, aunque algunos, como el Hofmeister Kink, se reinventaron y cuentan hasta con easter eggs, como el nombre del modelo inscrito en los adornos. Las tradicionales calaveras en forma de ‘L’ son ahora más planas, como en el Serie 3, y la parrilla de riñones crece, pero no tanto como en el Serie 7 dado que los diseñadores buscaron darle un carácter más sutil y elegante.
Un detalle pensado para los entusiastas de la marca está en la silueta de la parrilla, inclinada ligeramente hacia adelante cual nariz de tiburón en homenaje al Serie 5 de la generación E39, que para muchos, un servidor incluido, es uno de los sedanes estéticamente mejor logrados de la historia.
Aunque no lo parezca por fuera, es 97 mm más largo y 33 mm más ancho que su predecesor. El i5 es más alto que la versión de combustión por la necesidad de empaquetar la batería, pero la oculta con un truco de diseño ingenioso, pues el faldón lateral va pintado de color negro.
BMW i5: Nuevos tiempos, nuevas propuestas
Existen algunos detalles en la cabina que muchos inmediatamente conseguirán relacionar con otros modelos de la marca. Gusta que el i5 diera un brinco definitivo a lo digital, pero también que existan haya mandos físicos en la consola central, para controlar la pantalla táctil de 14.9 pulgadas con el nuevo sistema operativo BMW OS 8.5, sumada al cuadro de instrumentos digital de 12.3 pulgadas.
En esta pantalla y gracias a la aplicación AirConsole, se pueden jugar videojuegos usando el teléfono inteligente como controlador.
La interfaz es intuitiva hasta el grado en el que olvidamos usar Apple CarPlay en partes del viaje y la respuesta al tacto de la unidad hace que sea sencillo usarla para cambiar la pista o hacer ajustes a la navegación aun con el auto en movimiento.
También tiene superficies interiores Veganza, 100% veganas, aunque el cuero tradicional está disponible si se desea pero no parece realmente necesario, pues las superficies son frescas y auténticas y prometen ser más robustas a largo plazo. Remata una muy vistosa y exclusiva tira de cristal en el tablero, debajo de la pantalla, que de paso se aprovecha como parte de la iluminación ambiental
De como se maneja el BMW i5
En lo dinámico, hay puntos muy positivos especialmente en suspensión y dirección, pues a pesar de ganar peso respecto a las versiones de gasolina por las baterías, existe una naturalidad y serenidad que encantan del i5. La dirección no es especialmente comunicativa, pero con cualquiera de las dos motorizaciones es lo suficientemente rápida y precisa en un camino con curvas como para dar la sensación de que el auto se encoge alrededor del conductor, resultando en mucha seguridad al trazar.
El BMW i5 eDrive40 está configurado claramente para el confort y es claramente más suave que el M60 sin importar el nivel de dureza que se le da a suspensión a través de los modos de manejo, aunque jamás llega a sentirse tan blando como para que reste confianza rodando a ritmos altos.
Incluso podemos decir que sentimos que la dirección en el eDrive40 de tracción posterior es ligeramente más directa y que el auto en sí es más ágil que el M60, seguramente por los casi 200 kg que hay de diferencia entre ellos.
Una sola batería, con comportamientos diferentes
El M60 lo sentimos ligeramente más firme uy con apoyos algo más rápidos a velocidades altas, aunque no pierde la compostura en caminos en mal estado, que no abundan en Portugal pero para nuestra sorpresa, también existen.
Bien podría ser el M5 eléctrico al que muchos temen, aunque que no lo sea nos dice que BMW tiene planeado algo todavía más especial para este modelo. Tampoco es especialmente comunicativo, pero lo preciso de los mandos hace que sea muy sencillo ir aprisa, pues la responsabilidad la toma un chasis exquisito y puesto a punto por BMW M.
La aceleración parece adecuada para 99 de cada 100 conductores en la versión base, pero sí puede ser abrumadora en el M60 si no estás listo para golpe de par inmediato cuando pisas el acelerador.
El Serie 5 siempre fue un sedán ejecutivo con tintes deportivos y el BMW i5, aun siendo eléctrico, es justo eso. Toma muchos de los modales que hacen que el Serie 7 o incluso el Serie 3 sean fascinantes y los lleva a un tamaño mediano, ideal para muchos.
